Te vi salir por la puerta, envuelta de ansiedad.
Traspirabas lo poco de vida líquida que quedaba en tu cuerpo.
ese día te fuiste fingiendo no querer mirar hacia atrás,
como sino te olvidarás de nada.
Y yo me quedo
Acá
tratando de no resbalarme en tu vida
derramada para mí.
Sólo me queda seguir mirando hacia abajo
sentada, esperando otro golpe de calor.
Para seguir
quejándome.
No hay comentarios:
Publicar un comentario